Las 5 sabidurías búdicas

El surgimiento de los Cinco Budas

En sus inicios, después de la muerte del Buda Siddharta, hace unos 2500 años, la tradición budista no empleaba imágenes para representar al Buda histórico. Entre el siglo I y el Siglo V surgió una nueva escuela: el Mahayana.  El Mahayana, o Gran Vehículo desarrolló varios énfasis que pudieran verse como intentos por resaltar aquello que se había ido perdiendo en los primeros 400 años de budismo.

Entre los énfasis que se desarrollaron, se encuentra el que estaremos viendo en este texto: la formulación positiva del fruto de la práctica, como cinco sabidurías representadas por Cinco Budas Arquetípicos.


¿Para qué representar la Sabiduría?

En sus primeros trescientos o cuatrocientos años, las enseñanzas budistas en general tendían a enfatizar el fruto de la práctica del budismo, el Dharma, en formulaciones negativas.  Es decir, el énfasis estaba en lo que desaparecía, en lo que acababa, o se extinguía. Por ejemplo: el cese del sufrimiento, la erradicación de la ignorancia, la extinción del engaño, etc.  Con la formulación negativa queda claro que uno deja atrás todo eso, pero queda la pregunta: ¿qué es lo que surge? ¿En quién o en qué se convierte uno?


El fruto de la práctica: una formulación positiva:

El budismo Mahayana introdujo un énfasis en la vía positiva: las cualidades que surgen de la práctica del Buda-Dharma.  El ser nuevo que surge de la práctica. La vía positiva intenta describir las cualidades de la mente despierta, tales como claridad, compasión, gozo supremo, valentía o ausencia de miedo, creatividad, amor incondicional, mente espaciosa, corazón ilimitado, etc. 
Para comunicar estas cualidades o sabidurías de la Mente Despierta, el budismo Mahayana a través de unos 500 años o más, desarrolló una serie de imágenes de Budas que no son representaciones del Buda histórico, sino figuras que dichas sabidurías, representadas por los Cinco Budas.


La facultad imaginativa

Los Budas arquetípicos, así como todos los elementos que se encuentran alrededor de su simbolismo representan cualidades y sabidurías en su máxima expresión. Por lo tanto habitan un espacio distinto al del tiempo y espacio que vemos a través de los seis sentidos.   Para poder contactarlos de manera que hagan un impacto en nuestras vidas tenemos que relacionarnos con ellos a través de la facultad creativa de la conciencia; que es la facultad de imaginar aquello que nunca hemos visto. Es el punto de contacto de la mente con el potencial ilimitado de posibilidades.
Esta facultad la hemos experimentado en los momentos de lucidez creativa en que hallamos una respuesta, una decisión, o creamos algo que no proviene de la repetición de lo que conocemos, sino del contacto sensible y receptivo con la espaciosidad creativa de la mente.
Relacionarnos con los 5 Budas es algo que debemos hacer de manera similar a como nos relacionamos con una experiencia artística realmente profunda. De esa manera podremos establecer un canal vivo para que la sabiduría representada por estos Budas llegue al fondo de nuestra psique y de nuestro corazón.


Los 5 Budas Arquetípicos

Las cinco sabidurías/puertas son:

1)    Sabiduría como un espejo: refleja nítidamente todo tal como es, sin quitarle ni ponerle nada, sin huir de ello. (Buda Akshobya, azul).

2)    Sabiduría de aprecio/amor hacia lo particular e irrepetible de cada ser, y cada instante. (Buda Amitabha, rojo)

3)    Sabiduría de ecuanimidad. Reconoce la abundancia ilimitada del universo y del mundo. También reconoce la ausencia de límites fijos en todo ser o situación. (Buda Rantasmabhava, amarillo dorado)

4)     Sabiduría de “acción infalible”. Al ver la realidad desde los tres budas anteriores, toda acción se vuelve infalible y se percibe como un juego que beneficia a todos los seres en el universo. (Buda Amogasiddhi, verde)

5)    La sabiduría de la realidad que todo lo impregna.  Las cuatro puertas anteriores vienen juntas y están en todo. (Buda Vairochana, blanco)


Los cinco Budas como mándala de transformación

1)    A través de la mente como espejo (Akshobya) sueltas la aversión o rechazo hacia alguna forma de la percepción (sea reflejo de una persona, idea o cosa), liberando la cualidad mental de precisión y claridad (que estaba ligada a la aversión). Puedes estar lúcidamente presente a todo lo que surge sin rechazar ni agarrar nada. Esto te lleva a la siguiente sabiduría:

2)    A través de reconocer la naturaleza abierta de todo (Ratnasambhava) descubres que no existen identidades fijas, sólidas y aisladas en las personas, ideas, cosas o situaciones. Todo está en constante cambio, incluyéndote a ti. Sueltas así el apego a una idea fija del “yo” –el ego- y con ella la arrogancia (de superioridad o de inferioridad). Te reconoces como un ser abierto, cambiante, complejo.

3)    A través de apreciar y amar lo que se te presenta (Amitabha) sueltas la avidez hacia aquello que te atrae. De manera que lo puedes apreciar tal como es, único e irrepetible, sin tratar de apropiártelo. Puedes amar sin temor a que se acabe lo que amas, puesto que amas cada instante y a cada ser sabiendo que es irrepetible.

4)    Al actuar (Amogasiddhi) desde las tres sabidurías anteriores te das cuenta que no existe “fallar” o “fracasar”, sino la expresión constante de  creatividad en el entorno de una red de seres y condiciones abiertas que aprecias. Reconoces que todos y todo son a la vez tu equipo y los receptores de la creación. Sueltas la envidia y los celos, pues reconoces que no tienes que tratar de agarrar lo que alguien más tiene ni temer que alguien te quite lo que tienes, puesto que tú puedes crear lo que necesitas.

5)     Vairochana: Aprovechas cada instante de la vida para vivir desde las cuatro puertas anteriores. Te das cuenta que no se trata de ir a buscar la sabiduría “allá afuera” sino en lo que se te presenta a cada instante en la conciencia. Sueltas la ignorancia, el miedo, la confusión y la indiferencia, puesto que reconoces que absolutamente todo es una puerta. Es decir, no hay nada que no te sirva para darle vida a las cuatro sabidurías anteriores.  Cada instante, cada situación es una oportunidad para abrir las puertas.


- Resumen de sabidurías, acciones, transformación y distorsión:

Akshobya:
Buda Azul de la sabiduría de espejo.
Acción pacificadora:
Transforma la ira

Distorsión: Devaputra mara.
Uno intenta aferrarse a la pacificación como un punto de referencia fijo, y a rechazara lo que es desagradable. “Mi espacio apacible.”

Ratnasambhava:
Buda Amarillo de la sabiduría de igualdad.
Acción enriquecedora:
Transforma el orgullo y la avaricia

Distorsión: Skandha Mara.
Trata de convertir la riqueza y abundancia en un territorio propio, aferrándose a ella. “Mi abundancia”

Amitabha:
Buda Rojo de la sabiduría discriminativa.
Acción magnetizadora:
Transforma el apego

Distorsión: Klesha Mara
Uno trata de usar el poder de atracción para alimentar el ego con lo que considera deseable. Surgen celos y posesividad. “Mi objeto/persona precioso”

Amogasiddhi:
Buda Verde de la sabiduría de la acción infalible.
Acción destruir, atravesar:
Transforma celos y envidia

Distorsión: Yama Mara 
Destruye indiscriminadamente. En vez de destruir obstáculos ilusorios, lastima y daña a situaciones, objetos o personas.

Vairochana:
Buda Blanco de la sabiduría trascendental.
Acción revelar la naturaleza de la realidad:
Transforma la ignorancia: en la percepción (confusión), y en la cognición (dualismo).


Practica:

Date cuenta de los momentos en que surge Ira o aversión. Ve si puedes reconocer la cualidad de precisión y claridad que acompaña a la ira. Ve si puedes reconocer el objeto ilusorio al que está vinculada la ira. Si reconoces que aquello que rechazas no es como piensas, sino que carece de una sustancia fija, sólida, independiente, se disolverá la ira y surgirá la paz. Esta es la acción pacificadora. Lo único que quedará es la claridad y la precisión de percepción como cualidades de conciencia liberadas del engaño.
   

1. Los tres niveles de la realidad
Antes de entrar a ver el siguiente Buda del Mándala, vamos a explorar un poco la dimensión en la que aparecen estos seres despiertos.

Comencemos con el símbolo

Un símbolo es una forma que representa ideas, conceptos o abstracciones, o incluso te puede llevar a contactar una dimensión que no está visible al ojo sensorial ordinario. Un símbolo usualmente es algo visual, aunque también los hay sonoros -como un mantra. 

Ahora bien, el tipo de símbolos que nos interesa es aquel que te pone en contacto con una cualidad o aspecto de la Mente Despierta: la mente búdica latente en todos los seres humanos.  Este tipo de símbolos opera en el Nivel de la Forma Pura, (o Rupaloka, en sánscrito o Pali, los idiomas de la India antigua.)

La tradición budista explica la existencia de tres niveles de realidad:

1.    Nivel sensorial Kammaloka
2.    Nivel de Forma Pura. Rupaloka
3.    Nivel de No forma. Arupaloka

Loka quiere decir esfera, dimensión, lugar (es la raíz de la palabra latina locus, que en español es lugar).

El nivel sensorial: Kammaloka

Este es el nivel de la realidad que podemos contactar por medio de los seis sentidos (5 sentidos físicos y la mente). Lo que contactamos son formas que aparecen en tiempo y espacio.  El mundo entero con sus objetos y formas, así como las acciones, palabras y pensamientos, e incluso la forma de los seres vivos, ocurren en este nivel de la realidad.  En el budismo Mahayana, la segunda gran escuela de Budismo (siglos -I a V de nuestra era), se le llama Nirmanakaya, el cuerpo manifestado.  Se le define como el aspecto de la realidad que se da en tiempo y espacio y tiene una forma perceptible a los sentidos.

El nivel de la no forma: Arupaloka

Por el otro extremo, está el nivel de la no forma. Y por supuesto, esta dimensión no la puedes ver, pues carece de forma en sí y está fuera del tiempo y del espacio.  Es lo que se denomina Sunyata, o Vacuidad (como vimos en el curso de “Qué tan Real es tu Vida”).  Es la dimensión trascendental donde no hay nada pero está el potencial de todo. Es el espacio como la matriz y como dimensión abierta de la realidad.  Esta es la dimensión en la que se encuentra la dinámica misma del Despertar o la Iluminación.  Esta dimensión es hacia la cual tratamos de orientar nuestra conciencia a través de las diversas prácticas del Dharma, como la meditación, la ética, y la sabiduría. En el Mahayana se denomina   la dimensión del Dharmakaya: el cuerpo de la Realidad.

Nivel de la Forma Pura: Rupaloka

Y en medio de estas dos se encuentra la forma pura, que es la dimensión arquetípica, o de la imagen sutil. Por extensión podemos decir que incluye la dimensión de la intuición o del símbolo.  En el Mahayana se le llamó Samboghakaya, “el cuerpo del mutuo gozo”. Quizá se le llama así porque en efecto es gozosa.  En esta dimensión, sólo visible con el “Ojo de la Mente” lo que percibes son imágenes evanescentes pero claramente discernibles por la intuición.  Se llama forma pura porque lo que contactas o visualizas no está manifestado como algo perceptible a los sentidos.  Es la idea sutil de algo antes de que tome una forma,

Cuando contactas esta dimensión, las imágenes que intuyes están hechas de luz, son abiertas, permeables, incluso transparentes, pues aún están cercanas a la vacuidad, a la dimensión abierta. Es decir, aún no toman forma perceptible, sólo están intuidos.
Es algo parecido, a lo que Platón llamaba el numen. Platón decía que todos los objetos del mundo, como un reloj, son una manifestación posible de un ideal. El “Reloj Ideal”.  Entonces todos los objetos tienen una dimensión numinosa de la cual el objeto que ves es una expresión.

La forma pura es algo sí: la dimensión numinosa.  Esta dimensión es el espacio de la imaginación creativa de donde nace la invención y la intuición clara.  Y lo que es aún más relevante para nuestro tema de los cinco Budas, es que se trata de la misma dimensión en la que puedes visualizar un Arquetipo que te permita intuir un ideal al que aspiras, y que te atrae y alimenta tu inspiración.  Este nivel arquetípico lo contactamos a través de la facultad de imaginar creativamente, que a veces llamamos: visualizar.

La relación con el arquetipo.

Carl Jung, el reconocido psicólogo Suizo estudió a fondo esta dimensión. Entre sus investigaciones descubrió que las acciones de los seres humanos vienen informadas por arquetipos, en su mayoría inconscientes.  Es decir, de alguna manera, a través de lo que hacemos le estamos tratando de dar vida a una Idea de Ser. Estamos tratando de “ser alguien” que intuimos por medio de la facultad imaginativa arquetípica.

Un ejemplo muy simple de esto es cuando en la infancia uno tiene superhéroes o superheroínas.  Como superman o superniña: representaciones arquetípicas de cualidades representadas a un nivel extraordinario por estos super héroes. Cuando uno es niño tiene muy abierta la capacidad de relacionarse con los arquetipos como una aspiración, quizá justo porque estamos en un período en que comenzamos a crear un vínculo con una posibilidad de Ser hacia la cual orientarnos.

Recuerdo cuando era niño, Superman fue mi gran Héroe de la Infancia: En su dimensión del mundo (kammaloka) era un simple reportero de un diario, que era incapaz de enamorar a la mujer que le gustaba.  Pero en su dimensión arquetípica, era fuerte, poderoso, con supervisión, compasivo y heroico. Recuerdo que mi madre me hizo un trajecito de superman y brincaba yo de los roperos a las camas.  Y en cierto sentido estaba tratando de llevar al terreno de la forma manifestada, (imagen, movimiento) un ideal.  Y todos los seres humanos pasamos por relacionarnos intensamente con arquetipos, como son los héroes. Una versión menos arquetípica son los héroes mundanos, nuestros ídolos, cuyas imágenes ponemos en posters en nuestras habitaciones durante la adolescencia.

Mi maestro Sangharakshita dice que el territorio arquetípico ha sido invadido o dominado por la industria de la publicidad.  La publicidad intenta dirigirse a nuestra dimensión simbólica y arquetípica, pues es justo en ese espacio sensible en el cual damos forma a nuestras aspiraciones. Pero lo que nos vende la publicidad comercial no es un arquetipo de cualidades de la mente Despierta, sino modelos mundanos relacionados con poder, riqueza y belleza.

El budismo Mahayana comprendió la importancia de comunicar a través de símbolos las cualidades de conciencia a las cuales apunta la práctica.  Como hemos visto, los arquetipos de cualidades o aspectos de la conciencia despierta son muy poderosos, pues funcionan como un intermediario imaginativo, que nos permite intuir cómo podemos ser cuando contactemos las cualidades de la Mente Despierta en nosotros mismos.
 
Por ejemplo, lo que el arquetipo de Akshobya nos dice, es: “imagínate un Ser ligero y luminoso, completamente objetivo y apacible, con una mente reflejante como un espejo. No lucha contra nada, y nada le perturba, aunque su percepción es clara y precisa.” Ahora imagínate que ese eres tú... Y ese ser se relaciona con otras personas y con la vida...


La Puerta Sur del Mándala

Ahora vamos al Buda del Sur, Ratnasambhava.

Después de entrar por la puerta del Este, Akshobya, una vez que la sabiduría como espejo ha traído claridad y precisión, y se ha pacificado la conciencia, se abre la siguiente puerta en el sentido de las manecillas del reloj: Ratnasambhava, el nacido de la Joya.

Ratnasambhva

Este Buda Arquetípico representa la sabiduría de la Igualdad. Es decir, la inteligencia luminosa que penetra la realidad y descubre que carece de sustancia fija. Y que estas características de insustancialidad e impermanencia lo comparten por igual absolutamente todos los fenómenos del universo, todos los seres, objetos, ideas, situaciones, etc. Entonces surge ecuanimidad: un estado de ánimo que es igual ante todo, pues todo lo ve igual en ese sentido. 

Pero ahí no termina el efecto de esta sabiduría. Cuando esta sabiduría está activa surge naturalmente la acción de enriquecer. Es decir, descubrir que cada instante está impregnado de de recursos y posibilidades sin límites.  Es decir, surge una visión espaciosa y generosa que contacta la abundancia y la diversidad como joyas de un tesoro inagotable. Por eso su símbolo es la joya.  Su mudra es el de generosidad (Varada) porque desde esta perspectiva de riqueza uno puede dar generosamente sin límites a todos los seres. De hecho descubres que Dar, o la Generosidad son maneras de ponerte en contacto con la riqueza.

Además, esta sabiduría, y su visión de riqueza tienen un efecto de transformación en el Orgullo: lo transforman en ecuanimidad y visión de riqueza. 
Otro símbolo importante de Ratnasambhva es el Sol de mediodía. Es la luz que brilla desde el cenit y arroja luz sobre todas las cosas, sobre todos los seres, permitiéndote ver la diversidad, la infinidad de maneras en que pueden existir y manifestarse los seres, las situaciones y los objetos. Nuevamente, una visión de riqueza.

Practica:


1. Ve si puedes notar los momentos en que puedes contactar una perspectiva de riqueza y abundancia. Lo sabes porque hay muchas opciones para hacer las cosas, muchas posibilidades de actuar. La mente se abre y permite entrar opciones múltiples para resolver situaciones de la manera más benéfica posible para todos los involucrados.

2. También puedes ver cuándo surge el orgullo. El orgullo es la identificación con algunas cuantas cualidades o recursos, y lo sabes porque te experimentas de una manera comparativa con respecto a otras personas: como superior, inferior o igual. Lo sabes también porque surge unan necesidad dominante de aprobación y reconocimiento.

3. Por supuesto, si puedes, suelta tu apego a la identidad que te has construido alrededor de esas cuantas cualidades o recursos. Permite que se disuelva la ilusión de ser esa persona. Notarás que desaparece la necesidad de aprobación: no necesitas que nadie te apruebe, porque no hay nadie allí que necesite aprobación. En parte porque reconoces que las cualidades o recursos no son realmente tuyos, y son sólo manifestaciones que surgen como resultado de una vasta red de condiciones. Es decir, realmente no te las puedes apropiar. Sólo te puedes apegar a la idea de ella, que en sí es ilusoria.


El Buda Amitabha
Llegando desde la hora del día

El amanecer

La claridad de Akshobya es como la luz azulada y clara del amanecer. Después de estar en la oscuridad, cuando despunta el sol y finalmente aparece en su esplendor en el horizonte, define con claridad todo aquello que antes estaba en penumbra.  Es el amanecer de la conciencia clara donde la percepción es precisa, clara, nítida.

Cuando hay engaño (tomar la realidad como algo sólido, fijo, independiente) esa precisión y nitidez la usamos para crear un objeto de aversión. Pero las mismas cualidades de espejo de Akshobya nos pueden servir para descubrir el engaño y darnos cuenta que toda situación, persona o cosa es en realidad una red dinámica en constante cambio, por lo cual, la agresión hacia ella es innecesaria. Es la acción de pacificar.

El mediodía

La radiancia y el esplendor de Ratnasambhava es como la luz brillante del mediodía.  No sólo hay claridad y precisión en la percepción sino también una visión abierta que contempla la vasta diversidad de seres o situaciones y fenómenos (dharmas) que surgen a cada instante: cambiantes, y dinámicos. Como la luz del mediodía alumbra todo por igual. Es la sabiduría de la igualdad y la ecuanimidad. Todo es igual en el sentido de ser impermanente, resultado de una red de condiciones. Y desde esta perspectiva todo cabe en el universo, nada queda fuera de la conciencia. Es una perspectiva de abundancia de recursos en toda situación y en cada instante. Es la acción de enriquecer.

Cuando hay engaño - ilusoriedad de permanencia y substancialidad - tratamos de apropiarnos de algunos de esos recursos y riqueza. Con lo cual surge el orgullo: una idea inflada y fija de nosotros mismos. Pero la misma sabiduría de igualdad de Ratnasambhava nos puede servir para descubrir el engaño y darnos cuenta que aquello que vemos como cualidades o recursos personales, son resultado de una red dinámica de interconexión. Es decir, simplemente atraviesan por nosotros temporalmente, pero no son fijas ni pueden ser personalizadas, pues carecen de solidez: no son algo que agarrar.

El atardecer

La maravillosa luz rojiza del atardecer que hace resaltar la belleza de todas las cosas es como la luz de Amitabha, el Buda del Poniente.  No sólo hay claridad y precisión, y no sólo hay una visión abierta enriquecida, sino que surge el aprecio por lo que es único en cada ser, situación o fenómeno. Este aprecio es la respuesta amorosa ante cada instante, cada persona, tal como son.  En efecto, el Buda Ratnasambhava nos permitió ver que todos somos impermanentes, insustanciales e interconectados, pero entonces surge el Buda Amitabha y nos permite reconocer que no obstante esta realidad dinámica, cada ser, situación o fenómeno es resultado único de condiciones que no se repiten tal cual en ningún otro ser.  Esto nos lleva a mantener nuestro interés apreciativo hacia cada manifestación de la riqueza que nos mostró el Buda anterior: amar a todos incondicionalmente.

Este Buda es rojo, como la luz del ocaso, en parte porque representa la respuesta emocionalmente positiva y activa del amor incondicional, la calidez de la respuesta.  En parte es rojo porque representa la energía concentrada que se experimenta como energía radiante, encendida, en la meditación. Por eso lleva el Mudra Dhyana que representa la absorción meditativa, y el efecto inspirador y emocionalmente positivo que surge de ella.

 Cuando nuestro corazón está abierto y respondemos amorosamente hacia todo, conscientes de su naturaleza irrepetible, si bien efímera, lo experimentamos como un interés vivo hacia cada ser, situación o fenómeno. Una disposición a conectarnos con todo y con todos, valorándolos tal como son.  Esta es la acción de magnetizar.  Su símbolo es el Loto, que representa crecimiento, y también belleza apreciativa.
Cuando la visión está empañada por el engaño, creemos que aquello que apreciamos y a lo que respondemos amorosamente es fijo y está desconectado de otras condiciones que le dan surgimiento. Entonces tratamos de apropiarnos de una persona, situación o fenómeno. Pero la misma sabiduría de Amitabha nos permite reconocer que el aprecio y al amor incondicional está vinculado a la naturaleza transitoria y cambiante de todo lo que surge en el universo, por lo tanto, al tratar de apegarnos a algo, simplemente nos alejamos de su verdadera expresión dinámica, y nos atamos a una idealización que hemos construido.

Practica:

1. Observa si tu nivel de aprecio y valoración de las personas está activo de manera desinteresada. Es decir, si eres capaz de mantener tu corazón abierto ante todos los seres. Probablemente descubras que no es fácil funcionar así. Tal vez te des cuenta que cuando las personas no son como quieres, o no hacen o dicen lo que quieres, tiendes a distanciarte afectivamente.
Ve si te es posible sostener un vínculo apreciativo con las personas en tu vida aún cuando no estés de acuerdo con lo que hacen.

2. Revisa tus relaciones emocionalmente más cercanas, y pregúntate: ¿hasta qué punto mi respuesta emocionalmente positiva, realmente es incondicional? ¿Seguiría yo respondiendo así si la persona me dejara?   Hasta qué punto es una relación donde el amor es condicional, es decir, existe siempre y cuando las cosas sean de cierta manera.  ¿Soy capaz de apreciar y amar aún sin llevarme algo de esa persona?


Las Cinco Sabidurías Búdicas
El Buda Amogasiddhi

La Noche temprana

La luz de la noche cuando apenas se acaba de meter el sol es particularmente impactante. Es la hora de los brujos, los magos, los shamanes, hombres o mujeres. Es la luz de Amogasiddhi, el Buda Verde del Norte. Su símbolo es el doble vajra, o la espada. Es justo la espada que corta y destruye los obstáculos ilusorios.

Su sabiduría es la de acción infalible:

Esta sabiduría consiste en una visión abierta de la condicionalidad que le permite actuar con una eficiencia sin tropiezos. Es el aspecto de la conciencia despierta que se relaciona con la acción, por eso su familia es Karma (que quiere decir acción); es la capacidad de ver las tendencias de las fuerzas que están presentes  cada momento y poder saber en qué van a madurar.  Al ver la vasta red de condiciones que están surgiendo a cada momento, expresadas como fenómenos (físicos, biológicos o mentales) tus acciones se nutren de esta visión y resultan infalibles.

Sin embargo, la única manera en que esta visión privilegiada de la condicionalidad se presenta como sabiduría es cuando no hay intención alguna de apropiarte de los resultados de las acciones. Es decir, no intentas lograr algo “para ti”. Lo cual significa que te encuentras más bien en una modalidad de funcionamiento más parecida al juego, incluso a la magia. Comprendes que el beneficio de estas acciones realmente recae sobre todos los seres de la red, y para ellos haces las cosas. Es decir, tu acción es infalible porque es compasiva y nace del seno de una comprensión de interconexión.

Su acción es destruir, en el sentido de romper o disolver los obstáculos engañosos con que nos tropezamos.  Puesto que esta sabiduría te permite ver condiciones detrás de las cosas no se tropieza con las construcciones ilusorias que surgen de la ilusoriedad de aislamiento o independencia de condiciones.  Dicho en palabras simples, destruye los obstáculos de manera muy simple: se da cuenta que son ilusorios, son simples construcciones del ego que surgieron de apropiarse de algún aspecto de la experiencia. 

Lleva el Mudra Abhaya, “no hay temor” por dos razones. La primera es que justamente sus poderes te permiten reconocer que cuando tu visión abarca una red de condiciones, todas tus acciones son infalibles. Y segunda, puesto que destruye la ilusoriedad de los objetos construidos por el ego con apariencia de aislamiento, te libera del temor por ellos engendrado.

Las emociones que transforma esta sabiduría son los celos y la envidia. Estas dos emociones son los dos lados de una misma moneda. Celos es temer que te quiten lo que tienes, porque crees que tu seguridad depende de ello; y envidia es desear intensamente lo que alguien más tiene porque no estás en contacto en tus poderes efectivos de creación.. En ambos casos hay una emoción subyacente de temor, pues sospechas que tus acciones no siempre son eficaces, y prefieres apegarte a lo que tienes, o a lo que alguien más tiene.


Los 5 Budas y los 5 Skandhas

Los 5 Skandhas, o cinco agregados, son las cinco categorías en que el budismo antiguo “dividió” la experiencia individual. Son los siguientes: forma, sensación, percepción, impulsos y cognición.
Los cinco budas en cierto sentido “purifican” los cinco skhandas. Akshobya purifica el skandha de la cognición (vijñana); Ratnasambhava purifica el skandha de las sensaciones; Amitabha el de la percepción, y Amogasiddhi el de los impulsos o tendencias kármicos.

Purificar en este sentido quiere decir desactivar el engaño subyacente que usualmente afecta a ese “skandha”.  Así, por ejemplo, Amogasiddhi es la sabiduría de la mente despierta que te permite que tus acciones no estén condicionadas por una percepción errónea de permanencia, fijeza, solidez y aislamiento.  Al encontrarte en una realidad abierta, cambiante e interconectada tus acciones se liberan y se vuelven infalibles.

Por otro lado, Amitabha te permite disolver la ilusoriedad de permanencia o fijeza y aislamiento en la percepción. Percepción se refiere al momento en que haces contacto con un objeto de los 6 sentidos.  Esta sabiduría en particular disuelve la ilusoriedad de fijeza en aquello que te atrae, liberando tu energía apreciativa y el amor incondicional, para que se relacione con cada fenómeno, o ser sin tratar de apropiárselo (pues sabe que al no tener una existencia fija e independiente de condiciones no puede ser poseído por nadie).

Ratnasambhava purifica la ilusoriedad de carencia y escasez de recursos en uno mismo y en el universo que surge cuando te aferras a unos cuantos recursos o cualidades y tratas de apropiártelos como tu identidad.  Entonces te abre los ojos para que veas la abundancia de recursos que atraviesan por uno mismo en la vasta red de condiciones y seres en constante movimiento en el universo.

Y Akshobya purifica la cognición, o vijñana. Es decir, la facultad de la mente de formar conceptos o ideas básicos, a través de los cuales interpretamos la realidad. Purificar en este caso significa disolver la ilusoriedad de solidez, fijeza y aislamiento de los pensamientos, las ideas, los conceptos y todas las creaciones de la mente. Al liberarse la cognición, surge la cualidad reflejante como un espejo de la mente despierta.

El quinto Buda, que a veces se considera el primero, Vairochana, purifica el skandha de la Forma (rupa). Permitiéndote ver que todas las formas están vacías. Es decir, la visión de “Sunyata” o vacuidad de todas las cosas externas o internas, así como la imposibilidad de capturar la realidad en conceptos o categorías.  Te permite ver el espacio inherente a las formas. Y al ver el espacio se aclara el engaño primordial: la ilusoriedad de solidez.

Practica:

1. Revisa tus acciones. Ve hasta qué punto tus acciones son simplemente la repetición de hábitos que están ahí porque crees que no tienes el poder de crear soluciones nuevas.  Observa también la tendencia a temer que te quiten lo que tienes, o a desear lo que alguien más tiene. Ve si puedes contactar el miedo a no poder lograr nada, y por eso te aferras a unos cuantos patrones de acción, o hábitos, en vez de ser creativo con tu vida y crear acciones nuevas, desconocidas para ti mismo. 

2. Identifica los momentos en que tus acciones son infalibles. Contacta el estado mental de apertura y visión de condicionalidad que surge con esa sabiduría. Recuerda que Amogasiddhi es un mago, o una shamana. La capacidad de ver a profundidad la condicionalidad consiste en atar los cabos de condiciones y encauzarlas hacia un fruto. Las acciones infalibles de Amogasiddhi son concebidas como parte de una red de seres.

Las Cinco Sabidurías Búdicas
Sesión 5

1. Vairochana

Es el Buda Blanco del centro del Mándala. Su nombre significa brillante, resplandeciente, como un sol. Su símbolo y su mudra es la rueda de la enseñanza que te indica: mantén activas las enseñanzas en tu vida todo el tiempo. Es decir, no pierdas la visión en ningún momento.

Sabiduría del Espacio Ilimitado

Vairochana es el jefe de la familia de los Budas. Por lo tanto su sabiduría es justo la que contacta la naturaleza de la realidad: un espacio ilimitado.  A través de esta sabiduría descubres que nada cabe en un concepto, y que todos los fenómenos externos o internos son complejos, están en constante cambio, y son resultado de una vasta red de condiciones. No hay nada fijo ni sólido en ellos.  Esta visión equivale a introducir luz a todo lo que ves.

No tiene una acción específica, pero provee el espacio de donde surgen las sabidurías de los demás budas. Por ello su expresión es espaciosidad luminosa.  Incluso se podría decir que su sabiduría es lo que está detrás de cada uno de los otros budas, trayendo la visión espaciosa y abierta de la realidad a las áreas de la determinación (el vajra de Akshobya), la relación con los recursos de la conciencia y del universo (la joya de Ratnasambhava), la relación con otros seres (el loto rojo de Amitabha), y la relación con las acciones (la espada o doble vajra de Amogasiddhi).

Es decir, en todas las áreas de tu vida, en todo momento, en toda situación sin excepción, lleva la visión de la realidad, ya sea a través de la visión directa –hasta donde te sea posible- o de la reflexión y práctica del Dharma.

Skandha

El Skandha que purifica es el de la forma (rupa), revelándote que la forma es vacuidad y la vacuidad es forma (ver El Sutra del Corazón).  Es decir, todas las formas que contactas a través de las cinco esferas de los sentidos están vacías de existencia intrínseca. Son sólo manifestaciones momentáneas de infinitas condiciones en constante cambio.


Pregúntales a los budas

Una práctica muy poderosa puede ser la siguiente: escribe tu duda, pregunta o atorón en un papel.  Siéntate a meditar. Después de una buena sesión de conciencia plena visualiza a un buda, o a cada uno de ellos en orden. SI deseas canta el mantra y haz el mudra un rato. Incluso consigue una imagen bella de ese Buda –o de todos- Y pregúntales qué hacer, o por qué está pasando lo que está pasando.  Probablemente te respondan primero con preguntas. Luego te aconsejarán algo. 
Una guía probable del tipo de preguntas que te pueden hacer y consejos que dar es la siguiente:

El Buda Akshobya te pregunta:

-    ¿puedes reconocer la tendencia a la agresividad y la ira?
-    ¿Qué es lo que estás tomando como fijo, aislado y cerrado?
-    ¿Puedes reconocer el engaño?
-    ¿Puedes ser un espejo?
-    ¿Puedes reconocer la claridad y precisión en la cognición?

Y te aconseja:

-    Contacta la ira, el enfado y la agresividad en la situación.
-    Realmente lo que estás agrediendo es una construcción de la mente, no es “alguien” allá afuera.
-    Contacta la precisión y claridad detrás de la ira. aún dentro, descubrirás un espejo.
-    Date cuenta cómo se pacifica la mente.

Ratnasambhava te pregunta:

-    ¿Puedes reconocer el orgullo o arrogancia?
-    ¿Hay necesidad obsesiva de ser reconocido y aprobado?
-    ¿Puedes reconocer la tendencia a ser sofocante y territorial con otros?
-    ¿Qué recursos o cualidades estás tomando como fijas, etc., y como que “son tuyas”.
-    ¿Puedes reconocer el engaño?
-    ¿Puedes reconocer la riqueza y abundancia en todo y todos?

Y te aconseja:

-    Contacta el orgullo.
-    Reflexiona: Los recursos o cualidades con las que te identificas realmente no son tuyos ni son permanentes. Dependen de muchos otros seres y muchas otras condiciones.
-    Realmente no hay nada fijo y sólido que pueda ser aprobado o admirado en ti,
-    Y realmente no hay nadie allí que pueda ser reconocido y aprobado.
-    Contacta la ecuanimidad que surge.
-    Contacta la visión de riqueza de recursos que surge de la red de seres y condiciones.

Amitabha te pregunta:
-    ¿Puedes reconocer la avidez?
-    ¿Puedes reconocer el deseo intenso?
-    ¿Puedes reconocer la tendencia a necesitar a alguien que te “complete”?
-    ¿Qué persona, cosa o cualidad estás tratando de poseer?
-    ¿Puedes contactar el engaño?

Y te aconseja:

-    Contacta la capacidad de apreciar lo que es particular de cada ser
-    Aprende a apreciar y amar sin tratar de poseer.
-    Contacta la capacidad de amar incondicionalmente
-    Permite que tu percepción se impregne de aprecio hacia todo y todos.

Amogasiddhi te dice:

-    ¿Puedes reconocer los celos y la envidia?
-    ¿Puedes reconocer tus acciones y palabras y pensamientos competitivos?
-    Qué acciones o poderes de otros estás deseando?
-    ¿Qué acciones o poderes temes no poder conjurar?
-    ¿Puedes contactar el engaño en la acción?

-    Contacta el miedo que no te permite actuar creativamente
-    Reconoce las acciones habituales o patrones que estás dejando que se disparen
-    Reconoce los poderes de acción infalible que surgen cuando abres los ojos y ves muchas condiciones detrás de las cosas.
-    Aprende a pensar en equipo, en red. Piensa en el beneficio de todos.

Vairochana te pregunta:

-    ¿Puedes reconocer la confusión y la ignorancia?
-    ¿Puedes contactar el engaño en la forma? (la tomas como fija, sólida)
-    ¿Puedes reconocer que no eres espacioso sino despistado?

Y te aconseja:

-    ¡Abre los ojos!
-    Mantente en contacto lúcido con todo y todos
-    Abre la mente como un gran cielo ilimitado donde todo cabe
-    No pierdas de vista que nada es sólido, fijo, ni está aislado de condiciones.


Mantras:

- Akshobya:
Om akhobya hum

- Ratnasambhava:
Om Ratnasambhava Trang

- Amitabha:
Om Ami Deva Hri

- Amogasiddhi:
Om Amogasiddhi Hum

- Vairochana:
Om Vairochana Hum


Aspiración de los 5 Budas

Habiendo cruzado el círculo de lotos blancos
Ha surgido en mí la aspiración hacia el despertar.
Habiendo cruzado el círculo de relámpagos diamantinos
Ha despertado en mí la determinación inquebrantable.
Habiendo cruzado el círculo de fuego
Me entrego sin miedo a las llamas de la transformación
Que revelan la naturaleza despierta de todos los seres

Desde el centro de este mándala sagrado
La morada universal de los cinco Budas
La fuente de luz de la mente despierta
Donde brota sin límites la sabiduría y el amor
Contemplando la textura abierta del universo
Expreso sin reservas lo siguiente:

Que la luz blanca del Buda Vairochana
Me permita ver la realidad tal como es:
Y descubrir la textura preciosa de todo:
Abierta, clara y compasiva.

Que la sabiduría de la realidad se manifieste
Libre y espontánea
Y que al disolver la fuerza del engaño
Transforme la confusión en serenidad
Y la ignorancia en conocimiento.


Que el relámpago pacificador del Buda Akshobya
Me permita ver la vacuidad de aquello que me enfada
Y descubrir así su ligereza y transparencia
Cual espejismo vacío y pasajero.

Que la sabiduría como espejo se manifieste
Libre y espontánea
Y que al disolver la fuerza de la ira
Transforme la aversión en claridad
Y la mente en un espejo diáfano y lúcido.

Que la espléndida joya dorada el Buda Ratnasambhava
Me permita ver la riqueza ilimitada de la existencia
Y descubrir su espléndida generosidad
Donde todo es igual: abierto e interconectado.

Que la sabiduría de la ecuanimidad se manifieste
Libre y espontánea
Y que al disolver la ilusoriedad de carencia
Transforme la avidez temerosa del orgullo
En conocimiento directo de la plenitud.

Que los lotos rojos del Buda Amitabha
Me permitan abrir el corazón y amar a todo y a todos
Tal como son: seres y momentos únicos e irrepetibles
Cual joyas singulares en un universo sin fin.

Que la sabiduría discriminativa se manifieste
Libre y espontánea
Y que al disolver la compulsión de la avidez
Transforme el apego en amor incondicional
Revelando la fuerza magnetizadora del corazón.

Que el doble relámpago del Buda Amogasiddhi
Me permita destruir los obstáculos ilusorios
Que puedan mis acciones dar siempre el fruto preciso
En cada instante y cada lugar en esta red de seres sensibles.

Que la sabiduría de la acción infalible se manifieste
Libre y espontánea
Y que al disipar el velo innecesario del temor
Transforme la envidia en capacidad infalible de actuar
Para el beneficio de todos los seres sin excepción.

Habiendo expresado esta aspiración
Dedico las consecuencias de tan noble fin
A todos los seres, cercanos y lejanos
Que podamos todos compartir el gozo y la libertad
De la naturaleza despierta que yace en cada corazón



Fuente (Resumen): http://www.budismolibreylaico.org/
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